Una buena bandeja con los mejores manjares de la ciudad de
plata, Eupheria, es lo que necesitaban un grupo de mercenarios que llegaba a
aquél lugar.
Posiblemente el vino no saciaría la sed tras el largo viaje que
acarreaba su nueva misión. Pronto llegando a una taberna decorada de madera con
un pequeño letrero que decía "la taberna del patito", donde había una fila
de taburetes delante de la barra, dos mesas hacia la zona de la derecha y una
pequeña mesa al fondo donde no cubría la luz.
Había una buena zagala debajo de un cuadro viejo e inexpresivo con
su ocupación de camarera ,sus respectivos rizos y atractivo vestido rojo
mostrando un escote corazón dejando a la vista sus encantos.
Nada mas ver al grupo entrar en la pequeña taberna esbozó una
sonrisa y con gran desparpajo preguntó.
-¿Les sirvo algo bellezas?
En uno de los taburetes de la fila se encontraba , un borracho
celoso con alma de poeta terriblemente enamorado de Rubí ,la camarera.
-Rubí, sempre me haceg dano mirado azí a otrog crienteg. Tambaleándose e intentando estar en equilibrio.
-Vaya hombre. Rechistó
Cid.
Todo el grupo entraba con cierta alegría tarareando una canción.
El líder arrojo sus pertenecias sobre una de las mesas mirando
como el borracho les regalaba una mirada atravesada tan solo por entrar en el lugar.
-Simples fanfarronadas. Respondía Riven.
Riven que le observaba fijamente tenía una cicatriz desde la
frente pasando su nariz hasta la mejilla, de cuerpo curpulento y manos rasgadas
por todas las guerras que habría librado. Sus canas le advertían que llegaba a
una edad de otoño- invernal por la que pronto no tendría la fuerza suficiente
de continuar en esa vida dejando a la vista su miedo de envejecer.
El adulto canoso acogió a cinco jóvenes, mientras pasaba de misión
en misión, formó su pequeña familia y la futura banda Tarántula.El primero de
ellos fue Lotti, el fuerte del grupo "se hacia llamar así por su
gordura" de pelo castaño ceniza tapado por un casco de hojalata creado por
él mismo, adoraba el teatro y las jóvenes con cara de muñequitas.
Después llegó Eric, pelo como la oscuridad y carácter siniestro,
nunca hablaba con los clientes y menos las mujeres, continuó Marcus el poco
agraciado del grupo que ocultaba su rostro con una pañoleta además sus dientes
parecían sierras capaces de derribar árboles. Cid el maquinista del grupo y el
más pica flores de todos con su cabello rubio blanco y ojos enigmáticos, cuanto
más grandes fueran los senos en la mujer más interés producía en él, y
finalmente Glaurung , el leal de la banda con su pelo oscuro de carácter
silencioso y solitario, a veces se le veía tener conversaciones profundas con
Eric.
El hostil borracho arrojó una jarra hacia el grupo pasando muy
cerca del rostro del canoso de Riven.
-Miegda de jombre. Sollozando.
El canoso no dudó en agarrar por el cuello al borracho repitiendo
una y otra vez "¿quieres morir?"
Rubí la camarera se interpuso en medio para evitar posibles
conflictos.
-Les invitaré a una ronda, pero tengan la calma y buenos modales. Rogó.
Entonces el canoso soltó la persona que consideraba mugre y
tomó asiento en tranquilidad.
Los demás callados tomaron ejemplo y formaron círculo con su
mentor.
-Jefe le noto un poco de reservas ahí dentro. Bromeó Cid.
-¡Camarera un buen plato de chobo. Lotti se sobó la panza.
Rubí asintió mientras comenzaba a rellenar las jarras de cerveza,
a lo que los visitantes les tocó esperar media hora.
-Concentraos, comenzará la misión así que procurar tener cuidado con la bebida. Ordenó Riven.
-Niñeras por aquí, niñeras por allá. Burla de Eric.
-Mientras llegue la comida ya. Rechistaba Glaurung.
-¿A quien toca escoltar,
jefe?- preguntó Marcus
mientras jugaba con los dedos en el tablero de la mesa.
-A un miembro de la sangre
azul, por el camino iré dando detalle de lo que me informo el coronel.
-¡JEFE! ¡TENGO HAMBRE!- retorciéndose Lotti como un niño
caprichoso
Sonó una pequeña campanilla indicando que el chobo estaba en su
punto (Chobo es un pájaro de dos metros de plumaje negro que se usaba de comida
o compañía).
La mujer de las olas en el cabello les sirvió en una gran bandeja
dejando más a la vista sus encantos y con una sonrisa provocó una erección en
Marcus y Cid como cualquier mujer que trata de parecer musa del destape.
Pasando una hora en aquel lugar comenzaron a recoger, no obstante aquellos dos
dejaron sus babas en la barra, intentando cortejar a la muchacha aunque el viejo poseía mano dura y se los llevó a la
fuerza.Nada más salir el borracho pataleó exigiendo la atención de la joven,
hasta que logró su enfado y desapareció de la barra.
-Nunca estaré con un tipo
como tú.
Un poco lejos, hacia a las afueras, en una pequeña casa acogedora
con corralito vivía uno de los hombres más legendarios del reino por ser
un antiguo guerrero que luchó junto al rey en una antigua guerra. Hombre
robusto y humilde de fijas ideas el cual convivía con su hija, una joven con la
cabeza llena de pájaros y que le traía de cabeza. Aquella mañana asomaba por el
muro exterior de la casa la mejor amiga de su hija...
-Buenos días Thorgil, ¿donde está Runa?
-Buenos días, esta detrás de la casa con Boko. Contestó.
Mientras Thorgil se sacudía las manos llenas de tierra, su
amiga saltaba el muro dando pasos al corral donde se encontraba Runa jugando
con un chobo que acogió de mascota al cual no quería que su padre asesinara
para comer... Sarcásticamente el padre accedió a que se lo quedara.
-Llegamos tarde,
adecéntate pareces una vagabunda. Le metió
una riña Lezul.
-No quiero ir, solo hay incompetentes y tontos en la escuela de magia. Se negaba la pelirroja.
Lezul negó con la cabeza y la agarró de la muñeca llevándola
a arrastras, pero para Runa la suerte no estaba en un pupitre rodeada de
mediocres, ella soñaba con crecer con la experiencia del camino rudo de la
vida.Runa se despidió de su padre con un beso en la mejilla, obligada saltó el
muro y se puso en marcha a otro día gris para nuestras incansables estudiantes
de magia.
El sol comenzaba a ocultarse como si tratase de jugar al pilla
pilla con las grises nubes que adornaban Eupheria, en cada calle se podía
observar como de bien distribuidos estaban los puestos del mercado
medieval.
Armas, pociones, vestimentas de viaje, mochilas de piel de
scarto...
Era la cuna de cualquier viajero aventurero. La plaza del pueblo,
adornada en sus gruesos blancos muros,
por bellas flores moradas silvestres; fue el punto de concentración para la
banda contratada. Hermendekin, el coronel, se encontraba bajo la estatua de su
amado Rey Arkaiz. Estatua creada en conmemoración una antigua guerra que
existió por los tratados de Rannek.
Cuando el sol toco la mano de la estatua, el grupo hizo presencia
ante dicho coronel.
Girando una pelotita en el aire Lezul, silbaba ignorando las
quejas de la pelirroja mientras continuaban por dicha plaza, pero, como todo
que se acaba ignorando y acaba mal... La pelirroja golpeó la mano de la
dominante de aire y la pelota fue volando a una gran cabeza de un chico con
atrayente grasa. Lotti al recibir el disparo las observó y en un instante se
enamoró de la joven del cabello negro azabache con reflejos azules.
-¡Eh renacuaja!, ¿Quieres morir?. Amenazó desde una distancia prudente Cid.
-¡¿Que qué?!, ¿ De qué vas puercoespín ?. Defendió la pelirroja sin saber el
peligro que acarreaba.
No lejos, en el gran palacio blanco, el hermoso príncipe de
cabellos dorados cumplía su decimoctavo cumpleaños, no consciente que su padre
héroe y rey, le había preparado una fiesta para animar su estado tras la
discusión del otro día. Al rey no le gustaba que su hijo, copulara con hombres
y más con sirvientes de palacio , era una deshonra para su propio linaje como
titulo y hombre y una posible decapitación si los demás reinos se
enterasen.Pronto tendrían que llegar los guardaespaldas que había contratado
pues, era consciente que gracias a ese tratado buscarían la muerte de su hijo
gracias a haber cumplido esa edad.
Todo eran risas, hasta que el suelo de Eupheria comenzó a temblar,
a cada segundo más fuerte...
Los habitantes empezaron a entrar en pánico sin saber que
rumbo tomar o que diablos hacer, el suelo sonreía en mitad de la plaza
repartiendo el lugar en dos.
-Ahí vienen. Dijo Riven.
Lotti preparó su gran maza, Riven una gran espada de doble filo.
Los basiliscos salían de la madre tierra enfurecidos, eran unas
criaturas temidas por cualquier guerrero.Eric acertó a mucha distancia a uno
con el arco , pero cada vez salían más y más. Tras el desorden que existía en
ese mismo instante todos se abalanzaron sobre las criaturas tratando de frenar
la invasión.
- No miréis a sus ojos. advirtió Marcus.
Uno de ellos repto hasta las piernas de Glaurung y lo arrastró
hacia un grupo de ellos, pero Cid con su alabarda los alcanzó.
-Por los pelos, dientes de sable. Bromeó a su compañero.
Glaurung desenvainó su espada de plata y comenzó a rebanar a
unos pocos de esos reptilianos que invadían el pueblo.
Un niño de pronto se encontró acorralado por dos de esas criaturas
siendo captado por la visión de Lezul que intentaba hallar una
escapatoria con Runa. En seco comenzó a susurrar unas palabras y extendió su
mano hacía el lugar donde se encontraba el pequeño. Por lo pronto una ráfaga de
viento afilado como cuchillas le apartaron del pequeño niño. Lezul aprovechó para
correr hacia él y subirle en su regazo, solo dando unos pasos, otro grupo de
esos monstruos le asaltó...
Runa por instinto actuó aunque no fue muy eficaz, solo dio un
pequeño chapuzón a esas criaturas las cuales se giraron hacia ella.
Inspiró profundamente.
-Socorro...-Comenzó a correr asustada.
Derrepente entre pieles muertas de humanos y reptiles
apareció una flecha que reventó a uno de los basiliscos que perseguía a esa
maga poco útil, Eric tenía un pulso magnifico para enemigos que se movían con rapidez.
Apuntó por segunda vez a los otros mientras los demás libraban la
aniquinilación de la plaga, Lezul se tiró encima del pequeño para proteger que
los dientes de la criatura no clavaran en él. Se clavaron como una quemadura
con un hierro al rojo vivo, y ella, perdió la compostura ante la situación….
La cabeza de la criatura apareció machacada a su lado por
una maza, dando lugar a que los ojos de la azabache se levantaran mirando al
chico de la gordura.
-Levantate, llévatelo
hacía el palacio y que te pongan una pócima- Ofreció su mano a la dama
A lo lejos observó el casco hojalata que se aproximaba el
ejército del rey entre la lucha.
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